La Nave Espacial
En el verano del 2006 conocí La Makabra, llegué a este
espacio okupado en el barrio de Poble Nou, en busca de talleres de danza aérea
por recomendación de una amiga. La impresión que me lleve fue muy paradójica,
por un lado era fascinante ver tantos elementos de circo a disposición del
público en general, y a artistas entrenando, y por otra la suciedad y malos
olores que alcanzaban a percibirse, era como el caos y el orden en una extraña
complicidad.
En 2009 me instalé definitivamente en Barcelona y me di a la
tarea de buscar espacios en donde entrenar, crear, aprender, enseñar y compartir
la experiencia escénica con personas de esta ciudad, lo cual resultó además de
complejo, tardío y demasiado costoso; fue entonces que supe que habían cerrado
La Makabra, pero habían abierto un nuevo espacio auto gestionado llamado ‘La
Nave Espacial”. Comencé a entrenar en solitario y poco a poco fui conociendo a
gente interesante. Me enteré de que se llevaría a cabo un cabaret (presentación
de un espectáculo) con motivo del día de muertos un fin de semana y asistí.
Grande, enorme fue mi sorpresa al ver a tanta, tantísima gente esperando poder
acceder al recinto, pero mi asombro fue aún más grande al ver la calidad del
espectáculo presentado.
Al final del cabaret, el presentador de origen argentino,
comentó que la siguiente semana un grupo de artistas alemanes impartirían
gratuitamente una serie de cursos de danza y diversas artes circenses a través
de un programa subvencionado por la comunidad europea denominado Miloupartout.
Durante los tres días que duro el encuentro con los artistas
alemanes, pude establecer contacto con gente de otras partes del mundo que
vivían o estaban de paso por Barcelona.
A partir de este momento, La Nave Espacial, se convirtió en
mi centro de entrenamiento y creación escénica.
En Mayo de 2010 tuve la iniciativa de realizar un curso al
que llame “Consciencia y creación en movimiento”.
Este taller fue la antesala al compendio de obras de danza
seleccionado para ser apoyado por el programa de apoyo y soporte a las artes
escénicas “Kinetic”, subvencionado por el ayuntamiento de Cataluña y a través
del centro cívico “Parc Sandaru”, en el barrio de Sant Martí, cerca del Arc de
Triomf.
Al 80 por ciento de los artistas que participaron en este
proyecto, los conocí gracias a La Nave Espacial; el vestuario en su mayoría fue
realizado en el taller de costura de este espacio a cargo de Flor Barraza.
Materiales reciclados, hilos, máquinas y demás los utilizamos de ahí mismo.
La puesta en escena se estrenó en marzo de 2011, para el
cual trabajaron un total de 16 artistas, escénicos, visuales y plásticos.
En
junio de 2011 participaba ya en el taller de trapecio fijo que corría a cargo
de Alejandro Jorge Lento una vez a la semana, y al cual le propuse realizar un
proyecto a través de mi compañía, en el que fusionáramos la danza, el teatro y
la acrobacia aérea para construir algo en la escena.
En noviembre de 2011 estrenamos esta puesta en escena, a la
cual la coordinación del centro cívico eligió para presentarse dentro del ciclo
“Danza a las escuelas”, que año tras año realiza esta institución, con colegios
de diversos barrios de Barcelona.
En Febrero de 2012 estrenamos otra obra de acrobacia y danza
aérea a la que llamamos LOVE.
En julio de 2012 creamos el proyecto “Campus Aeri” que
consistió en dar talleres de acrobacia aérea y danza dirigidos al desarrollo y
la creación escénica. Este programa Piloto que daría paso a “Taller Aeri”, fue
impulsado por la dirección y la coordinación del centro cívico, así como la
dirección del Casal de joves de Les Corts, gracias a la gestión y confianza de
esta institución, el ayuntamiento de Les Corts invirtió recursos importantes en
acondicionar uno de los espacios del centro para poder realizar este proyecto
de enseñanza.
En noviembre de 2012
creamos para el programa de pedagogía y danza en parvularios la obra de
danza y teatro físico “Bombolleta”.
En Enero de 2013 estrenamos la obra de danza contemporánea y
multimedia “Héroes y Heroínas II: Los otros.
En junio de 2013 culminamos con un ciclo de talleres al que
denominamos “Taller Aeri” con 50 alumnos divididos en 5 talleres de telas y
trapecio fijo.
En julio de 2013 culminaremos con la presentación de “Sunshine”,
un espectáculo de acrobacia aérea que tiene como objetivo principal, mostrar
los resultados motrices, artísticos y creativos de los alumnos.
Todo esto que he mencionado antes, ha sido gracias a un
espacio ubicado en Glories, en la calle de Ávila 176 llamado La Nave Espacial.
La mayoría de los artistas con los que he trabajado en Barcelona los he conocido allí. La Nave
Espacial es como un oasis en medio de una ciudad que simula y aparenta a través
de sus fachadas y su brillo lentejueleado.
La nave espacial nos ha dado alojo creativo cuando las
instituciones nos han querido cobrar para usar los espacios que se pagan con
los impuestos de los ciudadanos que habitamos esta urbe.
La nave espacial nos ha librado de trámites engorrosos para
que estas mismas instituciones nos programen con meses de anticipación.
La Nave Espacial nos ha permitido aprender de otros y
compartir nuestro conocimiento.
La Nave Espacial nos ha permitido de la manera más generosa
acceder a un conocimiento que en cualquier espacio público o privado de esta
ciudad es muy, muy caro y no redituable.
La Nave Espacial nos ha hecho llorar y reír con matices
diversos de emociones.
A la Nave Espacial han ido programadores de foros, espacios
creativos y centros cívicos y se han quedado de piedra.
En la Nave Espacial hemos podido ver desde artistas que han
actuado en los mejores teatros del mundo, hasta personas que cuentan tan solo
con su ser y sin nada en los bolsillos.
La Nave Espacial nos ha vestido y a otros ha dado de comer.
Seguramente habrá muchas otras cosas que decir y que contar
sobre este curioso espacio, algunas buenas y otras no tanto, pero más allá de
toda opinión, La Nave Espacial ha sido un verdadero ejemplo artístico y
cultural de que el arte, la expresión humana, siempre busca un pequeño recoveco
por el cual colarse, como la línea de agua que se convierte en río y llega al
mar.
En este final, porque es un final, podemos artistas y ciudadanos
reflexionar sobre lo que perdemos y ¿Por qué lo perdemos? ¿Qué fue lo que restó
fuerza a este movimiento? Y lo más importante ¿Qué sigue?
La Nave Espacial está a punto de alzar el vuelo y elevarse a
la inmensidad del espacio, perderse en el infinito, con ella algo se derrumba,
pero como todos los ciclos, al menos de nuestro mundo conocidos, algo nuevo
tendrá que renacer.
Esperemos que el espíritu y el valor de los artistas de
corazón puedan encontrar un nuevo surco y abrir camino.
De mi parte solo tengo que decir gracias siempre por permitirnos
ser parte de este viaje espacial y darnos tanto. Gracias Nave Espacial, aquí
seguimos.
Keops Guerrero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario