Esa noche soñé que me movía en amarillo, y entonces todo empezó a girar a mi alrededor, así, así como un huracán, pero más bien era como un remolino de agua, de esos que te sumergen como en un ensueño y te conducen como portales a otredades, a ambientes desconocidos, aunque vagamente familiares. Amarillo como la luz del sol que dibujaba sobre el blanco del papel cuando aún no tenía alas.
KEOPS GUERRERO