Desde antes de nacer tenemos necesidades, la primera de ellas es quizá alimentarnos, al movernos, requerimos grandes cantidades de energía para poder seguir un flujo constante. Como formas de vida orgánica, subsistimos al alimentamos de organismos vivos como nosotros; semillas, plantas, animales. Hay teorías que dicen que podemos alimentarnos incluso de la energía dispuesta alrededor nuestro. Lo cierto es que de no alimentarnos, nos vamos comiendo a nosotros mismos, es decir, nuestro cuerpo comienza a tomar reservas de donde puede debilitándonos poco a poco. Por otro lado si no nos alimentamos correctamente, tampoco enviamos a las células de nuestro cuerpo el material necesario para el buen desarrollo y por ende funcionamiento de cada parte de nuestro cuerpo, desde los órganos, hasta los huesos, por lo que funcionamos a medias, o tan solo algunas partes de nuestro ser.
En un punto de este proceso el cerebro se torna frágil, el entendimiento se nubla y la consciencia se haya perdida en los confines de lo infinito. Sin lugar a dudas es un estado de extrema vulnerabilidad para el ser humano; a diferencia de otras especias vivas en nuestro mundo, en este nuestro tercer planeta azul, poseemos el cerebro como forma de subsistencia y sobrevivencia, es solo el ingenio y el instinto lo que nos ha permitido erigirnos por sobre otras especies orgánicas, al menos las hasta ahora conocidas. De no desarrollar nuestras capacidades motoras estamos totalmente expuestos.
Si el problema incidiera en protegerse del ataque de un depredador más poderoso para evitar ser comidos, estaríamos dentro de un ciclo normal de vida, lo terriblemente cierto es que nosotros mismos practicamos el canibalismo. Nuestro canibalismo contemporáneo consiste en tragarnos a bocados completos los sueños, aspiraciones, deseos, pero sobre todo la consciencia de los otros, los que están en el punto del limbo, los mal alimentados, los que no pueden discernir, los que asumen ser los que otros dicen, los que no tienen aspiraciones y mucho menos oportunidades, aquellos que tienen arraigados en la psique ideologías, costumbres y falsos dioses que solo destruyen la autoestima y libre albedrío de las personas.